
Déjate seducir por la historia de las órdenes del Temple y Santiago en Jerez y Fregenal de la Sierra; El fascinante mestizaje cultural de la frontera con Olivenza, la arquitectura noble y civil en villas como Zafra o historias de edificios sacados de cuento como el Capricho de Cotrina.
Salida desde Madrid a primera hora de la mañana hacia tierras extremeñas. Nuestro viaje comienza a pocos kilómetros de Portugal, en la bella ciudad de BADAJOZ. La gran ciudad fronteriza de Extremadura, de alma mestiza y corazón generoso, es una urbe donde la historia, la piedra y el río Guadiana se entrelazan en una atmósfera de frontera y memoria. Fundada por los árabes en el siglo IX bajo el nombre de Baṭalyaws, fue capital de un reino taifa y más tarde, baluarte cristiano frente a Portugal. El corazón de la ciudad lo marca su Alcazaba más grande de Europa (más de 8 hectáreas de superficie) que fue construida en el Cerro de la Muela durante la fundación de la urbe por el muladí Ibn Marwan, alrededor del siglo IX, para proteger la ciudad. Fue ampliada en la época almohade añadiendo sus imponentes murallas a las que se puede subir para recorrer un pequeño tramo y disfrutar de las majestuosas panorámicas de Badajoz desde la increíble Torre de Espantaperros, símbolo de la ciudad. Dentro, se encuentra el Museo Arqueológico Provincial (antiguo Palacio de los Condes de Roca). También se pueden observar a día de hoy, restos del sistema defensivo posterior, con varios baluartes notables o el Fuerte de San Cristóbal, ubicado en la margen derecha del río Guadiana, que ofrece unas bellas vistas de la Alcazaba y la ciudad. Uno también se puede acercar a la Puerta de las Palmas, imponente, renacentista y símbolo de la ciudad, junto al Puente de Palmas, el más antiguo de la localidad. Pasearemos por la Plaza de España, centro neurálgico de Badajoz que guarda la Catedral de San Juan Bautista, de estilo gótico con elementos renacentistas y barrocos, y el Ayuntamiento mudéjar. Otras dos plazas merecen la pena: la Plaza Alta, espectacular y de origen árabe con arcos y fachadas coloridas, considerada una de las más bonitas de Extremadura y la Plaza de la Soledad, pequeña pero coqueta donde se encuentra la ermita de la Patrona, la Virgen de la Soledad y algunos edificios des-tacados como la Giraldilla (réplica de la Giralda de Sevilla). Pasear por sus calles como la de Moreno Zancudo, donde se encontraba la antigua judería, es recorrer un mosaico de estilos, donde aún suena la frontera con Portugal y el eco de las guerras que marcaron su destino. Estos y muchos más, son los alicientes para disfrutar de esta gran ciudad fortificada y su casco histórico. En torno al río que la traviesa e extienden jardines, paseos y puentes modernos que dialogan con la historia. La vida pacense, cálida y abierta, se respira en sus terrazas y tabernas, donde el tapeo se convierte en rito: jamón de la dehesa, migas, tortas y buen vino. Almuerzo. Tras la visita, nos dirigimos a la coqueta ciudad de Llerena, donde cenaremos y nos alojaremos, en su famosa Hospedería, equivalente a la Red de Paradores, pero en Extremadura. Cena y alojamiento.
Desayuno. Hoy nos dirigimos a JEREZ DE LOS CABALLEROS, ciudad de torres, de silencio y de leyenda. Y, además, último bastión de los templarios en España, tras su expulsión en 1312 Es un lugar donde la historia no se cuenta, se respira. A caballo entre Andalucía y Extremadura y, declarado Conjunto Histórico-Artístico, ofrece una monumentalidad sin par en el sur pacense, donde se mezclan armónicamente el gótico, renacimiento y barroco. De sus murallas sólo conserva la Puerta de Burgos. Desde lejos, su silueta parece un sueño de piedra. Las torres barrocas se elevan como llamas que buscan el cielo. La de San Bartolomé, con su cerámica azul y oro, es pura filigrana; la de San Miguel guarda el rumor de las campanas; la de Santa Catalina se asoma a las callejas blancas, y la de Santa María descansa sobre siglos de fe. Cada una es un canto distinto, pero juntas forman la melodía de la villa. Por algo a la ciudad se la de-nomina "Jerez de las Altas Torres”. En el corazón de la urbe, las principales calles nos conducen a la Plaza de España, en torno a la cual se encuentran las iglesias de San Miguel, Santa Catalina o San Bartolomé. También son importantes la alcazaba y el Museo Núñez de Balboa, nativo de aquí. Además, del antiguo castillo y su Torre Sangrienta, que marcó el trágico final templario. En sus iglesias se mezclan los estilos y en sus torres predominan los cálidos colores barrocos de las mejores atalayas extremeñas. También palacios y conventos engalanan la villa. ALMUERZO. Tras la comida, nos dirigimos a OLIVENZA, blanca y llena de luz, joya fronteriza entre España y Portugal donde las piedras hablan dos lenguas y el tiempo parece suspendido entre reinos. De historia compartida y alma mestiza, guarda uno de los cascos históricos más hermosos y evocadores de Extremadura. Su origen se remonta al siglo XIII, cuando la Orden del Temple la fundó sobre un enclave estratégico junto al Guadiana. Durante siglos perteneció al reino de Portugal, un territorio donde la arquitectura, la lengua y las costumbres reflejaban un carácter luso inconfundible. Las iglesias, los palacios y los conventos que todavía hoy embellecen la villa llevan la impronta del manuelino portugués, estilo único que combina elegancia, simbolismo religioso y minucioso detalle ornamental. La iglesia de la Magdalena, con sus portadas talladas como encaje de piedra. Templo único en la Península, de espectacular y exuberante interior con sus bóvedas de terceletes y sus torsas columnas de retorcidos fustes. El azulejo, la madera, el mármol y el rico mobiliario, constituyen un conjunto grandioso. En 1801, tras la llamada Guerra de las Naranjas, pasó a manos españolas. Desde entonces, su identidad se ha forjado en el delicado equilibrio entre dos mundos: la tradición portuguesa que persiste en su habla, sus azulejos y costumbres, y la influencia española que marcó su administración, su cultura y su historia reciente. Las murallas y torres que defendieron la villa frente a invasiones ahora enmarcan plazas y calles donde la memoria se confunde con la vida cotidiana. Esa doble identidad se manifiesta, además en los nombres que alternan el castellano y el portugués. Junto a la plaza de Santa María se encuentra el antiguo castillo templa-rio, corazón de la ciudad medieval, que hoy acoge el Museo Etnográfico González Santana, mostrando una espectacular recreación de la vida en la comarca durante los primeros años del siglo XX. Frente a él, la Iglesia de Santa María del castillo, de rico y luminoso interior con un buen retablo mayor. En la Plaza de la Constitución se encuentra el Palacio Comunal, emblema de la ciudad e inmortalizado por miles de fotografías. En definitiva, un recorrido fascinante por una ciudad única e irrepetible. Finalizada la visita, vuelta a la Hospedería de Llerena. Cena y Alojamiento.
Desayuno. Hoy nos dirigimos a la Campiña Sur, para visitar el Conjunto Histórico Artístico de AZUAGA, donde destaca la monumentalidad de su arquitectura religiosa y la fuerte presencia de la herencia mudéjar en su traza urbana. Su corazón monumental es la Parroquia de Nuestra Señora de la Consolación, considerada la iglesia más grande de la provincia de Badajoz. Su grandiosa silueta mezcla el Gótico Isabelino, el Plateresco, el Manuelino y el Renacentista. Son imperdibles su torre campanario de 34 metros, la espléndida balaustrada pétrea del coro y la singular Pila Bautismal de barro cocido. Como complemento, la Iglesia del Santísimo Cristo del Humilladero, destacada por su fachada con capilla abierta de estilo Barroco tardío extremeño, y la Iglesia de Nuestra Señora de la Merced, un ejemplo de Gótico-Mudéjar con gran pe-so histórico (lugar de elección del Maestre de Santiago Alonso de Cárdenas en 1477), completan el patrimonio sacro. En el punto más alto de la localidad se encuentran las ruinas del Castillo de Miramontes, una fortaleza de origen mudéjar que, a pesar de su estado, ofrece magníficas vistas de la población y el en-torno, permitiendo apreciar el trazado de su antigua alcazaba. El paseo por el centro revela la riqueza de la arquitectura popular mudéjar. Calles como Pío XII y Teodoro de Vera muestran numerosas casas con vistosas ventanas y el empleo característico del ladrillo con la decoración del alfiz, lo que confiere a Azuaga un ambiente único. El Teatro Cine Capitol, un edificio emblemático de principios del siglo XX con una notable forja modernista, es otro punto clave del patrimonio civil. Almuerzo. Tras la comida, visitaremos un lugar de importancia por su herencia templaria, Conjunto Histórico Artístico. Hablamos de FREGENAL DE LA SIERRA. El símbolo indiscutible de la localidad es su Castillo Templario del siglo XIII, imponente fortaleza encomendada a la Orden del Temple, cuyo recinto amurallado es único por albergar en su interior una plaza de toros del siglo XVIII, construida en uno de sus patios de armas y un mercado de abastos del siglo XX. Su planta poligonal cuenta con siete torres. También destaca la Iglesia de Santa Ana (XVI), de estilo gótico y renacentista, con un Retablo Mayor renacentista, considerado una de las obras cumbres del arte extremeño, atribuido a Antonio de Auñón (siglo XVI). Como curiosidad, en la sacristía, se encuentra enterrado el ilustre político frexnense Francisco de Paula Canalejas y Bravo Murillo. Adosada al Castillo, está la Iglesia de Santa María de la Plaza, considerada la iglesia más antigua (finales del s. XIII), aunque sufre importantes reformas en el s. XVII. Entre otras iglesias, destaca el Santuario de la Virgen de los Remedios, ubicado a unos 6-7 km de Fregenal, en un entorno de dehesa y encinar de gran belleza natural. Alberga la imagen de la Patrona y es un punto de peregrinación y veneración muy importante. Además, a lo largo del recorrido por los barrios antiguos, se pueden admirar diferentes ejemplos de la arquitectura civil noble, con sus imponentes escudos heráldicos, rejas de forja y portadas de piedra de edificios como el Palacio de los Condes de Torrepilares o el Palacio de la Marquesa de Ferrera. Una vez finalizada la visita, vuelta a la Hospedería en Llerena. Cena y alojamiento.
Desayuno. Ubicada en el corazón de la Baja Extremadura, junto a la antigua Vía de la Plata romana, ZA-FRA, la conocida como "Sevilla chica”, llegó a su máximo esplendor en la época medieval, cuando los nobles invirtieron parte de sus ganancias en grandes palacios y en embellecer la ciudad. Un ejemplo, es el Palacio de los Duques de Feria, actual Parador de Turismo. Del siglo XIV, a medio camino entre fortaleza defensiva y lujoso palacio, destaca por sus torreones que flanquean la torre homenaje de 24 metros de altura y un fantástico patio interior de estilo renacentista realizado en mármol blanco que se añadió posteriormente, para convertirlo en un elegante palacio donde pasar largas temporadas. Junto a la Puerta del Acebuche, se encontraban las galerías que unían el Alcázar de los Duques de Feria con el Convento de Santa Marina. Al final de la calle Sevilla, su calle comercial, se encuentra la Plaza Grande, corazón de la ciudad y impresionante ejemplo de arquitectura renacentista, rodeada de soportales del siglo XV. La plaza está rodeada de edificios históricos, incluyendo el Ayuntamiento de Zafra y el Palacio de los Duques de Feria. Es de destacar el Hospital de Santiago, fundado en el siglo XV, con una magnífica portada gótica. Este hospital cuidada a los enfermos sin recursos gracias a la financiación de los duques de Feria. También, su Plaza Chica, la más antigua de Zafra, se encuentra porticada por tres de sus lados y está presidida por el Palacio de Justicia, que fue durante años el Ayuntamiento y la residencia nobiliaria de segundones de la Casa de Feria, también la iglesia de San José, del siglo XVIII. Entre sus elementos más curiosos se encuentra la famosa Vara de Zafra, se utilizada como medida para los comerciantes que vendían en la plaza. A pocos metros, se localiza la Casa del Ajimez, una casa mudéjar del siglo XV que tenía la función de farmacia. Pasando por delante de la Capilla de San José (antigua sinagoga) alcanzarás la Colegiata de la Candelaria, el templo religioso más importante. Construido en el siglo XVI en estilo gótico gracias al fervor religioso y el dinero del III Duque de Feria, este edificio alberga varias joyas en su interior como los magníficos lienzos de Zurbarán. Otros monumentos de interés son: el Convento de Santa Clara, del siglo XVI cuenta con una impresionante iglesia y claustro. Realizada la visita, muy cerquita, encontramos un castillo de cuento en pleno Badajoz, EL CAPRICHO DE COTRINA. Es una construcción situada en Los Santos de Maimona y realizada por Francisco González Gragera, un albañil y marmolista extremeño. Solo hace falta ver algunas de sus fotos para pensar en la obra de Gaudí, pero este edificio nada tiene que ver con el arquitecto catalán. Todo comenzó cuando una de sus hijas, le dijo a su padre que quería una casa de campo distinta a las demás y él dejó volar su imaginación. De manera autodidacta y sin estudios de arquitectura, trabajó durante 30 años en lo que hoy conocemos como El Capricho. Él falleció en 2016 y actualmente, sus hijos y su yerno continúan la obra. Parece un castillo propio de un cuento de hadas. El colorido, los detalles o las piezas recrean un mundo de fantasía, tanto en el exterior como en el interior. Porque si por fuera es alucinante, por dentro también es una verdadera maravilla, con todas las estancias propias de una casa: salón, baño, cocina, habitaciones o terraza, preparadas para poder usarse – unas ya terminadas y otras en proceso-. Algunas de las piezas más destacadas del interior son la puerta principal de la casa con forma de pavo real, el pasillo salmón, que es el estómago del gusano o el baño, la corona de la casa. Y es que, la imaginación de Cotrina y ahora de sus hijos, no tiene fin, aunque todo tiene un sentido y un significado. Asimismo, las características arquitectónicas de la construcción son impresionantes. Sus formas curvas y los materiales utilizados que resisten al paso de los años, así como las técnicas empleadas, son algunos de los aspectos más destacables. En el patio central, algunos protagonistas son la gran piscina, una barbacoa con muchos detalles, un precioso banco y como no, la fachada principal de la casa con la escalera y un gran balcón. Almuerzo. Tras la comida, regreso a MADRID. FIN DEL VIAJE Y DE NUESTROS SERVICIOS.
